¿QUÉ? Mojitos, mambo, merengue y salsa y a comerciar, que de eso trata Santiago de Cuba, un juego de mesa familiar (apto para todos los públicos) y que queríamos reseñar desde hace tiempo.
¿CÓMO? De trapicheos va la cosa, y es que en Santiago de Cuba no viajas a disfrutar de las maravillosas playas de Varadeo, si no a comerciar. Para ello deberás tirar de agenda y ganarte el favor de los siempre amables habitantes de Santiago.
Ellos te proporcionarán los contactos en los edificios y oficinas más influyentes de la ciudad donde podrás ganar el dinero y los recursos que te convertirán en el tipo con más poder en Santiago.
Lo primero que hacemos es colocar en el tablero (de forma aleatoria, lo que hace que cada partida sea diferente) a los personajes y los edificios. Además se tirán 5 dados que serán los que indiquen la demanda de productos en el puerto. El objetivo del juego es intentar conseguir dinero y recursos para poder comerciar con ellos en el puerto. Por la ciudad nos desplazamos por un coche y en nuestro turno deberemos decidir a qué personajes visitamos. La primera parada es gratuíta pero si queremos avanzar más rapidamente, deberemos pagar una moneda al conducto, lo que obliga a andarse con ojo con las monedas porque no sobran en la isla.
Cada personaje nos da diferentes recursos, puntos de victoria o monedas y lo más importante, acceso a diferentes edificios, cruciales para maximizar nuestra riqueza. Los personajes sólo te dan acceso a determinados barrios (diferenciados con una flor en su esquina derecha), por lo tanto la clave es preveer con qué personaje te interesa hablar para poder alcanzar los edificios que te interesan.
Si algún jugador detiene el coche en el puerto, automáticamente comienza la ronda de carga de mercancías. Empenzando por el que detuvo el coche en el puerto, cada jugador puede cargar las mercancías en los barcos cargueros hasta que la demanda se agote. Según el tipo de mercancia que carguemos obtendremos más o menos puntos de victoria.
Cuando un barco se carga por completo, éste zarpa y comienza una nueva ronda. Se volverán a lanzar los 5 dados y se eligen 4 y esa será la demanda del nuevo barco. El juego acaba cuando zarpa el séptimo barco y gana cómo no el que mejor dotes tenga para el trapicheo.
¿QUIÉN? Es un juego familiar apto para todos los públicos, sobre todo para aquellos que quieran dar un pasito más y empezar a jugar a juegos con un componente más estratégico.
¿POR QUÉ? Nos gusta mucho Santiago de Cuba porque es fácil de aprender, porque no es demasiado largo lo que lo hace accesible a todos los públicos, porque tiene un gran diseño y un precio imbatible, porque la disposición aleatoria de los personajes y los edificios convierte cada partida en una historia nueva, y porque con una buena banda sonora, te hará pasar una gran velada.
Dificultad: 4/10 Es un juego bastante sencillo de explicar y aprender, incluso para los iniciados. La única dificultad es conocer bien los 12 edificios y saber qué se consigue en cada uno de ellos
Diseño: 8/10 Muy buen diseño y muy buenos componentes para el precio del juego. Tablero de tamaño medio, más horizontal, se puede jugar en cualquier bar o mesa.
Número de jugadores: de 2 a 4 jugadores. A nosotros nos gusta más con 4 jugadores porque los movimientos se complican y las partidas están muy reñidas.
Duración: 45 min aprox.
Puntuación: 7,5/10.
Precio: 18 euros.
Edita: Ludonova.
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