¿QUÉ? En Manhattan los jugadores construyen rascacielos en diferentes distritos con el objetivo de crear la mayor cantidad de ellos para ganar la partida. ¿Preparado para pasar a la historia como el Pocero de la Gran Manzana?
¿CÓMO? Antes de empezar cada jugador coge un set de 24 edificios de un color y los coloca delante de él. Se reparten 4 cartas a cada jugador y se decide al azar el jugador inicial. La partida dura 4 rondas. Al principio de cada ronda, cada jugador deberá escoger un set de 6 edificios con los que jugará ese turno.
El objetivo del juego es construir el mayor número posible de edificios. Los edificios se dividen en 4 alturas, siendo más valiosos los más altos ya que ocupan 4 pisos.
Las cartas muestran el lugar exacto donde se coloca el edificio, representado por un cuadrado naranja. Se puede colocar en cualquiera de las 6 ciudades del tablero, pero sólo en el cuadrado que representa la carta. Las cartas siempre se juegan en la misma orientación (de cara al jugador), y una vez jugada se deja en el descarte. Si se agotan las cartas, se baraja el mazo de descartes y se vuelven a usar.
En tu turno de juego deberás jugar una carta de tu mano y colocar uno de tus 6 edificios en el lugar indicado. Después roba una carta del mazo y pasa el turno al siguiente jugador en orden del reloj.
La primera ronda finaliza cuando todos los jugadores han usado sus 6 edificios. En ese momento se activa la fase de puntuación, proceso que se repite al final de los 4 turnos. En la segunda ronda los jugadores deberán escoger 6 edificios nuevos y se repite el mismo proceso.
Muy importante: Está permitido construir sobre el edificio de otro jugador, siempre y cuando iguale o supere el número de pisos del anterior propietario. Los rascacielos pertenecen al último jugador que construyó sobre ellos, es decir al color que esté más arriba del edificio.
Al final de cada ronda se puntúan los edificios de esta manera:
– El propietario del edificio más alto sobre el tablero recibe 3 puntos.
– Distritos: El jugador con más edificios en un distrito recibe 2 puntos. En caso de empate ningún jugador recibe nada.
– Por último se otorga 1 punto a cada jugador por edificio que posea en el tablero.
El jugador con más puntos será el ganador.
¿POR QUÉ? La ciudad de los rascacielos empezó a coger forma hacia finales del siglo XIX, cuando se construyeron una serie de edificios de gran tamaño, destacándose entre ellos el Edificio World con sus 106 metros de altura, construido en 1890.
Los grandes clásicos de los juegos de mesa empezaron a forjar su leyenda un siglo después y en concreto Manhattan en 1994, que es cuando ganó el prestigioso Spiel Des Jahres. La editorial coreana Mondoo ha sacado esta nueva edición que fue presentada en la Feria de Essen 2017, donde me hice con una copia. A lo largo de 2018 saldrá la misma edición en inglés, así que si el juego te llama la atención, estás de suerte, porque además es completamente independiente del idioma.
De la feria me traje unos 30 juegos, algunos buenos, algunos decentes y otros malillos. Manhattan es cómo si sales a visitar a un colega que se ha torcido un tobillo y acabas a las 8 de la mañana buscando un chino para comprar más birra.
El juego va de construir edificios intentando obtener puntos por edificios construidos, mayorías en distrito y por el edificio más alto.
Lo mejor de este juego, aparte de que se explica en dos minutos, es la maldad que encierra. Cada turno, vas colocando edificios en los diferentes distritos, pero claro es mucho más divertido y efectivo si los colocas encima de otro jugador, de esta manera el no puntúa.. a no ser que te devuelva la jugada. Puteo, puteo y puteo sin tregua en cada turno.
No sabría deciros una estrategia ganadora, ya que el juego es muy táctico y cambia a cada segundo. Las primeras partidas casi todos se pelean por el edificio más alto que da 12 puntos al final de la partida si lo mantienes las 4 rondas. Quizá sea más eficaz ir ganado las mayorías en los distritos e ir construyendo edificios donde puedas o una mezcla de las tres.
Como todo juego de cartas tiene su azar, ya que aunque tienes 6 distritos donde colocar, sólo tienes 4 cartas en tu mano, y se puede dar el caso de tener cartas repetidas. C´est la vie amigo, hay azar pero hay muchas formas de putear al personal y sacar ventaja.
Se podría decir que en cada turno hay un jugador con ventaja y es el último en turno, ya que al ser el último en colocar puede decidir una mayoría en un distrito o en el edificio más alto justo antes de puntuar. Es importante aprovechar bien ese turno, porque todos los jugadores lo van a tener.
Una de las cosas que más me gustan del juego es la puntuación al final de cada ronda. Esto provoca que el siguiente turno los jugadores se dediquen a putear al que va más adelantado, así que te recomiendo no destacarte demasiado. Las mejores partidas se dan cuando todos están parejos en puntos.
Sobre la producción, a mi me gusta mucho más que la vieja, aunque es cierto que a veces es difícil distinguir entre los edificios naranjas y amarillos.
Por cierto, aunque tengan poco que ver, su autor Andreas Seyfarth es el diseñador de otro juego que seguro te suena de algo… el Puerto Rico.
Como punto negativo, deciros que es un juego que luce a 4 jugadores. A 2 y 3 mmm, no es lo mismo. Más espacios, menos leches, menos diversión.
Conclusión, Manhattan es un elegantísimo abstracto familiar, con mecánicas de mayorías, con mucha interacción desde el segundo 3 de partida y del que decía antes que no es ni bueno, ni decente ni malillo, sino excelente. Un juego que engancha a todo el mundo, y que es emocionante los 45 minutos que dura. Lo he jugado con más de 15 personas diferentes, cada una con sus gustos, y a todos les ha encantado. Avisados quedan.
¿QUIÉN? Un juego que lo tiene todo para gustar a todos los públicos.
Puntuación: 8/10
Dificultad: 1.2/5
Diseño: 8/10
Diseñador: Andreas Seyfarth
Ilustrador:Jacqui Davis, Ramon Mascarenas, Zeilbeck & Natzeck Design Company
Edita: Mondoo Games
Año de publicación: 1994 / Nueva edición 2016
Número de jugadores: De 2 a 4 jugadores
Duración: 45 min aprox
Precio: 35 euros aprox
Banda sonora recomendada: Ella Fitgerald – Manhattan
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