¿QUÉ? Eres un artista emergente conocido por convertir chatarra en magníficas estructuras y basura en creaciones impresionantes. Este tipo de arte, conocido como Junk Art, gana cada vez más adeptos por todo el planeta y cada gran ciudad realiza sus propias exposiciones. Inicia una gira y consigue el mayor número de seguidores en nombre del Junk Art.

¿CÓMO? Junk Art es una mezcla de buen pulso, equilibrio y un poco de suerte. En cada ciudad tendrás que crear una estructura distinta con las piezas del juego, y en algunas también cartas. El objetivo: lograr el mayor número de seguidores y convertirte en el artista del momento.

Normalmente un partida de Junk Art se juega en tres ciudades. Cada ciudad en la que expongas tiene sus propias reglas que explican cómo se prepara y se juega en ella.

Creo que gran parte de la gracia del juego está en ir descubriendo las diferentes ciudades así que no desvelaré nada de ellas y me remitiré a enumerar las reglas comunes a todas las ciudades.

Hay unas normas comunes a casi todas las ciudades: cada jugador toma una base y la coloca enfrente. Se baraja el mazo de cartas y se entregan las que indique en la ciudad que se esté jugando. Las cartas indican la pieza que debo colocar, o delegar o lo que sea que indica las reglas de la ciudad. Se llaman piezas activas y tienen que estar siempre colocadas encima de la base.

Si en cualquier momento una o más piezas se caen y tocan la mesa, el dueño de esa estructura toma la pieza y se las queda formando parte de sus piezas caídas.

No se puede mover la mesa, ni tocarlas estructuras de los demás jugadores.

Cada ciudad tiene una condición que activa el final de la partida. Cuando acabes una ciudad, suma los seguidores y pasa a la siguiente ciudad. Al final de la tercera ciudad el jugador más seguidores gana la partida.

¿POR QUÉ? En casa no me dejan ni poner un cuadro por mi habilidad con las manos. Es tan sangrante mi ineptitud que me llaman «manos de hacha». Lo cuento porque siempre que me enfrento a un juego de habilidad, sé de antemano que puedo acabar odiándolo. No es el caso.

Lo bueno de este tipo de juegos es que casi es más divertido perder que ganar y tiene más gracia ver como se descojona tu pieza y ver las caras de cabrones de tus compis de mesa, que ganar puntos por aguantar de pie. Lo malo, que suelen ser muy repetitivos. Me vienen a la cabeza juegos como Animal sobre Animal y Super Rhino, juegos muy divertidos pero para darles de vez en cuando.

Afortunadamente el mundo está lleno de gente pensante dispuesta a mejorar lo presente. Y Junk Art supera a todos los juegos de habilidad que he probado (aunque veas notas mejores en sus reseñas, uno va afinando en su manera de puntuar).

Mejora la rejugabilidad, ya que tiene 12 misiones con diferentes reglas que le dan un aire nuevo a cada partida. Mejora el diseño de los componentes y por lo tanto la variedad de construcciones y las posibilidades del juego. Y mejoran las risas que te echas.

Dicho esto, porque la cosa tampoco da para mucho más, y viendo el increíble trabajo que hay detrás del diseño de las piezas, me llama poderosamente la atención el diseño de la caja, donde las reglas tienen que ir enrolladas cuál fardo de hachís y acaban más arrugadas que la sala de espera de Corporación Dermoestética.

Ningún juego es perfecto. Bueno sí, el Twilight Struggle. Junk Art es un paso adelante en los juegos de habilidad y se ha convertido en uno de los primeros en entrar en la mochila cuando toca cena de amigos. Muy recomendable.

¿QUIÉN? Un juego perfecto para liberar las angustias del día a día.

Puntuación: 7.6/10
Dificultad: 1/5
Diseño: 9/10
Diseñador: Jay Cormier
Ilustrador: Philippe Guérin, Chris Quilliams
Edita: Ludonova
Año de publicación: 2016
Número de jugadores: De 2 a 6 jugadores
Duración: 30 min aprox
Precio: 39 euros aprox
Banda sonora recomendada: The Kooks – Junk of the heart

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