Muy buenas gacetilleros, 4 días en una casa rural con amigos dan para jugar mucho y bueno, así que aquí os dejo con una pequeña opinión de los juegos catados. Espero que os sea útil:
Del autor de Import / Export, uno de los juegos que más me gusto de Essen 2017, nos llega este juego económico ambientado en el complicado pero ordenado metro japonés. Tokyo Metro es un colocación de trabajadores con un sistema de compra de stock y especulación un pelín enrevesados. El objetivo es construir estaciones de metro y hacer que los metros pasen por ellas e invertir en líneas de metro comprando stock o especular con líneas donde no tengo stock Pasados los turnos y entendido el objetivo del juego nos queda un juego bien armado, pero que a mí no me terminó de convencer. Demasiado seco, demasiada calculadora, demasiado extraño.
Toca opinar sobre uno de los tapados de Essen 2018. La cosa va de desarrollar nuestra empresa de telefonía móvil, adquiriendo nuevas tecnologías y expandiéndonos por todo el planeta. La mecánica principal del juego es la de programación de acciones, con una curiosa cuadricula de acciones que deberemos optimizar para realizar las acciones que nos interesan. El juego es entretenido y rápido (60 min) y con un tema original, pero para mi gusto es demasiado lineal y tiene pinta de sólo funcionar con su máximo número de jugadores (es decir 5). Un juego entretenido que no destaca por nada en especial.
Sin duda la partida del fin de semana. Diez conferencias para dirimir al campeón de la paz mundial y 3 ratas de aúpa para llevarse el gato al agua. Y la partida fue épica, con 3 líneas de ataque bien diferenciadas. Por una parte el norteamericano que ganó 6 de las 7 conferencias para quedar último. Hay estadistas que mueven bien los hilos para manipular pero se les olvida el tupper en casa y eso se paga caro. Por otra parte el ruso (servidor) dedicado en cuerpo y alma en desarrollar la bomba nuclear y entrar a Alemania como sea. Y por último, Churchill, un títere en manos de los americanos (pongámosle nombre y apellidos: Amarillo 114), con el don del oportunismo para ganar al ruso en la séptima conferencia con la tercera condición del desempate. Churchill es una obra maestra, puedes leer la reseña aquí.
A día de hoy, mi juego preferido de Essen 2018. Puedes leer las razones aquí.
Jugar dos partidas a este pepinazo y una al Churchill en un fin de semana te deja la misma sensación que preparar el email de ausente por vacaciones en el curro. Es impresionante lo bien que están relacionadas todas las acciones en Die Macher, juego que dará mucho que hablar este año porque va a volver ser editado. Imprescindible. Puedes leer las razones aquí.
Uno de los éxitos del fin de semana. Skull King es un juego donde antes de empezar la ronda, tienes que adivinar cuántas bazas vas a ganar. Como bien dicen algunos, se trata de una «pocha» vitaminada, la diferencia reside en las cartas, ya que hay diferentes tipos de ellas con diferentes consecuencias cuando las usas. Se me da peor que el álgebra, pero es un joyita muy divertida.
Descafeinada partida ya que se dieron todas las posibles causas para que los liberales se llevaran la partida de calle. Gran juego y que estaba en lo más alto de mi podio de juegos de roles ocultos hasta que he probado…
Gran juego de roles ocultos que a día de hoy me gusta más que Secret Hitler porque es más accesible e intuitivo y ofrece las mismas risas. Tuve el patético récord de ser 16 veces seguidas el campesino (el rol más aburrido) pero aún así disfrute como un enano de ver en acción a tanto actor secundario. Es imposible no disfrutar de este juego.
Otro buen juego de roles ocultos, donde un jugador hace de master eligiendo secretamente una palabra que el resto debe adivinar haciendo preguntas. El máster sólo puede responder sí o no y la gracia está en que entre los jugadores hay un infiltrado «the insider» que conoce la palabra en cuestión. Su cometido es hacer que el resto de jugadores la adivinen pero sin delatarse, ya que sólo ganará si los comunes adivinan la palabra y fallan en adivinar el insider.
Juego de bazas con la peculiaridad de que cada carta tiene una puntuación negativa o positiva. Cuando se juegan todas las cartas, se suman y restan los valores de todas las cartas de las bazas que te has llevado y el ganador se llevará un punto de victoria. Gana el que llega a tres. A priori no pintaba mal, pero las decisiones son demasiado obvias y el juego que acaba siendo más aburrido que hacer surf en Madrid.
GACETO JUEGO DEL MES: Churchill y Die Macher
GACETO NI FRÍO NI CALIENTE: Tokyo Metro
GACETO FRACASO DEL MES: Gorus Maximus
La Gaceta de los Tableros 
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