Reseña Charterstone

¿QUÉ? En Charterstone, un juego legacy competitivo, construirás edificios y te establecerás en una aldea compartida entre los jugadores. Tu viaje por los innumerables secretos que Charterstone esconde, durará 12 partidas, pero no acabará todo ahí. Cuando completes tu aldea, Charterstone se convertirá en un juego de colocación de trabajadores. ¿Merece la pena un viaje de 12 horas? Sigue leyéndo para descubrirlo.

¿CÓMO? Chartestone es un juego que se aprende sobre la marcha, así que para no hacer spoilers no ahondaré mucho sobre las reglas. Es un juego con mecánica de colocación de trabajadores, así que podéis imaginaros de qué va la cosa: me coloco, pago recurso, obtengo beneficio. y así hasta que acabe la partida.

El objetivo de cada partida es obtener puntos y estos se consiguen cumpliendo objetivos, construyendo edificios, aumentando la reputación o abriendo cajas. Abrir cajas nos permitirá ir ganado personajes que nos dan beneficios, cartas de edificios para seguir construyendo por la ciudad, reliquias, etc.

Al tratarse de un juego legacy, cada partida se irán añadiendo nuevas acciones, nuevos personajes y nuevos giros hasta acabar la campaña que dura 12 partidas. Al final se obtendrán puntos de muchas formas (partidas ganadas, edificios construidos, personajes utilizados…) y el ganador será el jugador con más puntos.

¿POR QUÉ? Imagina por un momento que te llama un amigo y te invita a pasar un día inolvidable. Primera hora, vermucito en una terraza al sol. Segunda hora, apretarse un chuletón en buen asador. Tercera hora, cafelito y copazo para ir calentando motores…y así hasta los churros con chocolate mañaneros, 12 horas después.

Pues esto es lo que promete Charterstone, una experiencia legacy, donde en cada partida hay nuevos giros, nuevas acciones, nuevos personajes que prometen una experiencia única. ¿Consigue Chartestone ofrecer una experiencia épica?

La cosa empieza floja, pero es normal, no os veíais hace tiempo… tardáis un poco en pillar el flow. Las dos primeras partidas son prácticamente una introducción a las reglas del juego, ponerse al día. Reglas que vas aprendiendo según vas jugando y que no están organizadas de la mejor manera posible, pudiendo (y me consta que le ha pasado a mucha gente) perderte por el camino.

¿Dónde dices que fuiste vacaciones? ¿Qué reglas es esa? ¿Donde pone lo de la directriz?…Creo que hubiera sido más fácil publicar un libro de reglas con las acciones base, so pena de acortar la campaña.

Pero bueno, al final rebuscas por aquí y allá y te acabas centrando. Llevamos ya 3 cañas y lo que es un euro muy ligero que se juega en una patada de rápido, empieza a incorporar una nueva acción, nuevos personajes, te vas entonando y empiezas a apreciar la dimensión del juego. Está gracioso. Vayamos a por la 4 cuarta y quinta caña y la siguiente, copazo.

El día está donde queríamos, estamos en el ecuador de la campaña, y el juego tiene un ritmo endiablado, y ofrece nuevas premisas que le dan un poco más de chicha. Estamos on fire, es hora de echar el resto, vámonos de ligoteo.

Estamos como piojos, los chupitos entran y salen, hablamos con unas tías muy simpáticas que nos dan bola. Punto álgido de la noche y mi colega empieza a contar no sé que historia de su jefe que le pide que expanda la empresa, que necesita nuevos recursos para ampliar las oficinas…y que no sabe si es mejor ir empezar por aquí o por allá, y que según le vengan dadas tirará. ¡Booooooooooring!

Las tías se acaban pirando, más aburridas que ver un acuario de mejillones. Nuestros carisma esta más bajo que los focos de un barco de contrabando, pero seguimos, hemos venido a jugar, aguantaremos hasta el final.

La noche toca a su fin, y las copas ya no saben igual y ni entran igual. Las últimas 4 horas (o 4 partidas) son monótonas y con el piloto automático puesto. La sensación final es de aburrimiento y de falta de enjundia. Está claro que no ha sido un noche épica.  Sumerjo los churros en el chocolate y pienso en la cama… una sonrisa se dibuja en mi cara. Mañana será otro día.

Nuevo día, y hay resaca como era de esperar. Chartestone es un buen euro ligero, con un diseño bien trabajado, accesible a todos los públicos, que escala bien,  que tiene una producción excelentes y que entretiene las primeras partidas. Lo malo es que el punto diferencial del juego estaba en la historia que contaba y ésta es más floja que el diseñador de la bandera de Japón.

¿QUIÉN? Por su dificultad ascendente, puede ser un buen juego para familiarizar a nuevos jugadores con la mecánica de colocación de trabajadores.

Puntuación: 6.7/10
Dificultad: 2/5
Diseño: 8/10
Diseñador: Jamey Stegmaier
Ilustrador:Lina CossetteDavid ForestGong Studios
Edita: Maldito Games
Año de publicación: 2017
Número de jugadores: de 1 a 6  jugadores
Duración: 45-60 min aprox
Precio: 65 euros aprox
Banda sonora recomendada: Humberto Tozzi – Gloria

 

 

2 pensamientos en “Reseña Charterstone

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